¡Hola! Somos Iván, David y Miguel.
Y sentimos decepcionaros… ESTO NO ES EL TÍPICO «QUIÉNES SOMOS»
Somos 3 amigos y compañeros del grado de Marketing de la Universidad de Alicante que han decidido juntarse en un proyecto común. Si hemos llegado a este punto es por darnos cuenta de que “No hay que ser bueno para empezar, si no empezar para ser bueno” y tras 4 años de carrera compaginados con diferentes oportunidades que se nos han ido presentando, nos sentimos muy ilusionados y suficientemente capacitados para ayudar a las empresas a digitalizarse y mejorar su presencia on-line.
Soy Iván Valdés, fundador de Adaptative Marketing, y siempre me he considerado un emprendedor nato.
Desde que empecé a los 12 años, cortando naranjas que recogía en mi urbanización para luego vender vasos de zumo a mis vecinos o cortando plantas arómaticas cómo romero o hierbabuena para hacer pequeñas bolsitas a modo de ambientador, hasta finalmente en embarcarme en lo que considero el proyecto de mi vida hoy en día. La realidad es que siempre he tenido inquietud en crear algo propio.
A los 19 años, destaqué en mi primer empleo vendiendo productos para coches de cara al público, batiendo récords de ventas a nivel nacional y liderando equipos.
Fue ese trabajo el que me hizo enamorarme del marketing y comenzar a estudiar la carrera con más ganas, nutriéndome de los conocimientos y aplicándolos en mi día a día.
Sin embargo, también me di cuenta en tan solo ocho meses que no me ilusionaba un trabajo monótono, con horarios fijos y presencialidad total a largo plazo. Este hecho, junto a frases inspiradoras como “Si trabajas para otro, acabarás cumpliendo sus sueños y no los tuyos” o “Cuando trabajas para alguien, estás poniéndole precio a una hora de tu vida”, me llevaron a dejar ese empleo y empezar a trabajar como freelance para una chica que se dedicaba al sector de las redes sociales.
Al poco tiempo, tras haber visto cómo funcionaba el modelo de negocio desde dentro, en mi tercer año de carrera decidí desprenderme de todas mis responsabilidades y hacer un año de movilidad SICUE en Sevilla, donde fundé la agencia.
En muy poco tiempo, tuve un gran éxito, consiguiendo una sólida cartera de clientes y recibiendo varias oportunidades laborales, las cuales rechacé porque considero que mi objetivo en la vida es crear proyectos que aporten valor añadido a la sociedad, ayudando a otras personas y, de esta manera, sentirme gratificado personalmente.
Es curioso estar escribiendo esto: un “Quiénes somos” para nuestra propia agencia de marketing. ¿Quién me iba a decir hace unos años que hoy estaría aquí, creando mi propia agencia junto a dos grandes amigos de la universidad? Lo que comenzó como una idea en nuestras cabezas, hoy es una realidad, y no puedo estar más feliz ni más orgulloso de lo lejos que hemos llegado.
Todo empezó cuando tenía 15 años y tuve que tomar una de las primeras grandes decisiones de mi vida: elegir hacia dónde quería dirigir mi futuro académico. Sabía que me interesaba el mundo de los negocios, así que hice lo que parecía más lógico (al menos en mi cabeza): apuntarme a todas las charlas empresariales que encontrara cerca de mi ciudad.
Imagínate a un chaval de 15 años, rodeado de profesionales adultos, tomando notas sobre cómo crear una empresa o digitalizar un negocio. Sí, era un poco raro, pero yo me sentía en mi salsa. Cada charla me llenaba de conocimiento y me hacía sentir que estaba un paso más cerca de convertirme en un profesional del marketing.
Después de asistir a más de 20 charlas empresariales, lo tuve claro: quería estudiar algo relacionado con el ámbito empresarial. Así que me esforcé al máximo en bachillerato para conseguir entrar en la carrera de Marketing, y lo logré.
Pero cuando empecé la universidad, me di cuenta de algo: aunque estaba aprendiendo, sentía que podía ir más allá. La teoría no era suficiente para mí; necesitaba poner en práctica lo que estaba estudiando.
Por eso, desde el primer año, empecé a participar en proyectos empresariales fuera de la universidad. Estos “Campus del Emprendimiento Innovador” me permitían estar en contacto directo con empresas reales, y eso me encantaba. Sentía que crecía con cada reto, con cada experiencia.
Mientras tanto, trabajé en diferentes sectores, desde la obra y un almacén, hasta como monitor de niños en colegios y dependiente en Nike. Estos trabajos me enseñaron algo muy valioso: no solo es importante saber lo que te gusta, sino también lo que no te gusta.
Cada experiencia me dio una lección, y me ayudó a enfocar mi carrera en lo que realmente me apasiona: el mundo de los negocios y el marketing.
A los 18 años, mi camino profesional dio un giro inesperado: recibí una llamada de una amiga que había conocido en uno de los retos empresariales. Su jefe necesitaba a alguien que se encargará del marketing y las redes sociales de su empresa, y ahí estaba yo, listo para asumir ese reto.
Trabajé durante un año como Community Manager y, además, digitalicé toda la empresa. No era un departamento de marketing con 10 personas; era yo solo. El único responsable de una empresa con más de 50 empleados.
Suena un poco loco, ¿verdad?
Pero fue una experiencia increíble. Tenía libertad horaria, tomaba decisiones importantes y me sentía realizado.
Tuve que dejar ese trabajo cuando me fui de Erasmus a Grecia. Aunque me encantaba lo que hacía, sabía que mi prioridad en ese momento era vivir esa experiencia al máximo. Y así fue. El Erasmus no solo fue un año de crecimiento académico, sino el mejor año de mi vida a nivel personal.
Hoy, después de todo lo que he aprendido, no puedo pensar en una mejor idea que lanzar esta agencia de marketing con mis dos amigos, Iván y David. Estamos en el momento perfecto. No solo tenemos la formación, sino también la experiencia y las ganas de hacer algo grande.
Sabemos que podemos ayudar a las empresas a crecer, a digitalizarse, y a llevar sus negocios al siguiente nivel.
Crear esta agencia no es solo un proyecto profesional, es nuestra forma de hacer lo que realmente nos apasiona: hacer que las marcas brillen y que sus historias lleguen más lejos. Nos emociona estar en un sector que está en constante cambio, donde siempre hay algo nuevo que aprender y aplicar.
Pero lo que más nos motiva es el impacto real que podemos tener, ayudando a nuestros clientes a crecer y a alcanzar sus metas
No esperes el típico textaco del 90% de las páginas webs, porque aquí no lo vas a encontrar. Esto es simplemente mi propia historia, porque yo creo que cada historia es importante, y como esta es nuestra página web pues cuento la mía.
Lo más impactante de esto lo voy a contar ya, del tirón, ESTOY AQUÍ DE PURO REBOTE
¿Qué quiero decir con esto?
Que me metí en este mundo por ser un pringaete que no tenía ni idea de que estudiar una vez acabada la EVAU, como el 90% de los chavales, vaya.
Pues empecé a estudiar marketing porque uno de mis mejores amigos se metió ahí, y como buen chaval dije «Pues me meto con él»
Esto que voy a decir si que es muy importante.
MUCHA SERIEDAD A LA HORA DE COGER LA CARRERA DE LA UNIVERSIDAD
porque va a cambiar el rumbo de tu vida.
AH y otra cosa
Tampoco es indispensable ir a la universidad como se ha hecho toda la p*** vida, si no vas tampoco se acaba el mundo.
Aprender aprendes, tampoco voy a mentir. Pero hay muchísimas otras salidas que son igual de válidas o más.
Total, hice la carrera más o menos fácil, no me caían muchas, alguna noche de cafés pero bien. No es muy complicada.
El temario se planta en el último año, la hora de las prácticas. El primer contacto con el mundo laboral. Mamita que miedo. Porque en otras carreras no sé, pero en la de marketing, joder, te preparan entre 0 y nada para entrar al mundo laboral.
Pero algo se iluminó en mi camino. Un gran amigo estaba en una empresa importante de marketing digital y no me lo pensé dos veces.
¿Ir el primer día y ver una cara conocida en vez de llegar sin conocer a nadie?
Joder, no me lo pensé. En esos momentos seguía siendo un pringaete, por lo que actué como tal.
En este momento es cuando entré en el mundo del SEO, marketing digital y webs… algo que en la carrera no vi más allá que su definición. Y sorprendentemente me gustó. Empecé a tener gusto por algo en relación a lo que estudiaba.
Y aquí me encuentro, 6 meses después, creando este proyecto con dos muy buenos amigos, juntos y con más ganas que nunca de que esto salga bien
Fin.